Indígena vrs. Citadino
Se
despierta con el canto de las aves,
recorre
la montañas,
toma
las rocas en sus manos,
la
naturaleza es su madre.
Se
despierta para correr,
mira
su Facebook,
desayuna
una hamburguesa,
no
tiene tiempo de mirar el cielo.
¿Quién se da cuenta de su esencia?
El
ser humano que ve más allá de lo efímero,
el
que ve en una mochila el origen de su universo,
el
que habla con los arboles.
En
cambio,
por
otro lado,
esta
el hombre fatuo,
simple,
un
celular vale más que su vida,
no
ve más allá de su diario vivir,
no
siente su entorno,
la
materialidad consume su ser.
El
citadino no sabe cuál es su yo,
el
indígena lo tiene claro desde
su
nacimiento.
¡Ay!
¡Si alzáramos la voz
para
que nuestros indígenas
no
desaparezcan!
Sus
montes son invadidos,
sus
animales extintos,
sus
recursos explotados,
y la
tierra sangra,
gime
de dolor.
Mientras
el citadino,
es
un consumista,
piensa
en poder disfrutar
sin
conciencia,
cegados
tecnológicamente,
robots
que caminan por inercia,
mentes
llenas de conocimiento
pero
no de práctica.
Dejemos
que la naturaleza se manifieste,
Y el
indígena levante su voz,
para
que la vida no muera,
y el
ser humano
no
extinga su entorno
y
así mismo.
Protegido bajo derechos de autor
Autora:
Nanya Pulido