Covid-19, virtualidad y otros
Levantarse, respirar, clase,
ese negro de letras blancas te espera para otra jornada,
el gobierno ha creado tu propia burbuja,
el tapabocas no te combina en nada,
ni con la piyama,
ni con nada.
¡Pilas no salgan!
grita la radio,
muestra la t.v.,
los medios nos ponen contra la pared.
Los profesores y compañeros
están dentro de una pantalla,
suceso apocalíptico,
inerte,
muy al estilo "Her",
la película.
Nuestras relaciones ahora son cibernéticas
¿Cómo conocer realmente las emociones
detrás de los rostros?
¿Cómo distinguir una lágrima
en un día lluvioso donde no se quiere nada?
¿Cómo saber si el que esta en el otro lado realmente esta bien?
Solo el que lo vive
lo conoce,
lejanía,
austeridad,
soledad,
incertidumbre.
Seguimos pagando el Icetex,
porque de nada sirve
el congelamiento,
que te lleva a endeudarte
el doble
y
además
sufres de
estigmatización por si eres de un estrato u otro
para poder recibir un beneficio
y eso que estudiamos en medio
de una pandemia.
Estudiantes,
amarrados con cadenas a rejas,
exigiendo educación gratuita.
¿Dónde quedo la humanidad?
¿Dónde quedo el pensar en el otro?
¿Dónde están esos ricos que pueden ayudar con lo que producen
a salvar a muchos?
Creo que es hora de despertar,
la humanidad no necesitaba que muriera
tanta gente,
tener miedo para cuidarse
o pensar realmente
en los otros en medio de una crisis.
Hablando con Dios,
me dijo:
esta es una lección
para los poderosos,
porque esta pandemia
no se cura con ningún
dinero,
morirán
ricos y pobres a la vez,
porque el covid-19
no diferencia
estratos.
Les quedo grande
ser humanos:
gobierno,
Icetex,
Eps-s,
bancos,
y otros.
A la poesía se le ha agotado la inspiración,
cansada de tanta injusticia,
porque el amor se desangra,
la paz es desplumada,
la voluntad esta congelada
y en las calles encuarentenadas
la esperanza es un farol
que titilea.
Autora: Nanya Pulido
Protegido bajo derechos de autor