"Escribir es un oficio que se aprende escribiendo" Simone de Beauvoir.


El acto de escribir



Las palabras nacen de sus manos y atrapan con hilos las sensaciones de la vida, hace mucho tiempo no escribe, la carrera la ha consumido solo vive para ella. El traslado en el colectivo la atrapa en otro mundo donde los seres más inesperados se suben contando sus historias. Su análisis de vidente puede ver en los rostros lo que esconde cada personaje, no solo debió haber sido escritora, también debió haber sido psicóloga. Una mujer irrumpe su trayecto, anciana, vestida como una modelo paisa, quisiera ser tan jovial como ella cuando tenga su misma edad. El conductor acelera porque unos ladrones intentan subirse y de repente frena en seco ante el timbre que suena, la anciana se molesta la han dejado unas cuadras después. Se baja y camina por el barrio Santafé, en la misteriosa ciudad de Bogotá, como si estuviera por encima del bien y del mal.

El barrio donde vive es un lugar lleno de insectos extraños y variados: arañas, ciempiés, todo tipo de moscos, mariposas, polillas, marranitas. Siente que tiene una selva dentro de un apartamento. Es su refugio, su nido, su roca donde refugiarse de tanto ruido, gente, violencia que consume las calles de Bogotá. Allí llega y se refugia en el calor de sus cobijas, escucha varios ensayos en audios de Montaigne donde traducen las frases en latín que acompañan y dan magia al texto. Se está quedando dormida, la gripa la tiene consumida, siente que la hace vivir más lento. Llega la noche, conversa con un señor que nunca quiere dejar de ser niño, tal vez por eso siempre sonríe y la vida le pasa por encima como si un elefante diera patadas sobre el, resistiéndose a seguir viviendo, a encontrarse con alguien con quien conectarse. 

Es hora de dormir y como sucede a todo escritor, las preguntas y las emociones afloran en medio de su almohada, a veces ríe, otras llora, o sueña con sucesos surrealistas que le recuerdan que aunque se cree un ser perfecto todavía es humana, siente los pellizcos diarios que le da la vida.

Siente que se ha vuelto una mini-Montaigne y ahora quiere poner la letra de una canción en francés, la primera que vino a su mente:


Mes chers parents, je pars
Je vous aime mais je pars
Vous n'aurez plus d'enfant
Ce soir
Je n'm'enfuis pas, je vole
Comprenez bien, je vole
Sans fumée, sans alcool
Je vole, je vole

Autora: Nanya Pulido
Protegido bajo derechos de autor

"La vida es un pañuelo, te encuentras los mismos diseños en diferentes modelos" Nanya Pulido, escritora y docente

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