Cambia, todo cambia. Mercedes Sosa.


Régresser et changer


Ayer vio que las manecillas del reloj se devolvían. Volteo su rostro hacia su pecho y allí estaban escuchando música, juntos mientras dormían; muchas veces le contó que soñaba con ella en el mar y que nada les quitaba la paz, vuelve al presente y todo es mentira, su ira mató cada destello de amor, emanando de sus manos tiernas que se enfriaron. No lo quiso tocar más. 

Ve sus fotos, hay una mujer por la cual su corazón late fuerte, sabe que el ya no le pertenece, ella luchó con él duramente y lo salvó una vez de la muerte. Se pregunta en su mente: 

¿Habrá mujer que sea una mujer maravilla que pueda blindar su ser ante sus explosiones? ¿Quien caminara firme con un hombre herido de guerra y de dolor? 

Ella tiene las respuestas en sus manos, porque lo conoce, o más bien lo conoció en esos días de junio cuando era un ser desconocido. 

Ahora entiende, algunos hombres cambian una mujer como una moneda de doble cara, que lanzan al aire y les gusta mas el otro lado. 

Hablo con un amigo que le dijo:

Mujer, los hombres somos mas sexuales y ustedes más sentimentales.

Ella pensó: 

Que gran mentira, cuando se ama de verdad nada es una excusa, sea mujer u hombre. Ademas quien dijo que las mujeres son menos sexuales, pues sin esas emociones que se les transmite con los órganos: piel y cada uno de aquellos, no sentirían con cada pedazo de su ser la excitación máxima y el encanto que una bella dama transmite con su dulce y poderosa alma.

Cerro sus redes sociales, se desconecto y escucho musica que la llevara a otros lugares, tal vez con personas de otros mundos donde pueda encontrar nuevos olores, sabores y tal vez un día esa palabra que empieza por a y termina por r, se estrelle con ella y la haga volar de nuevo entre estrellas y fantasías.

Autora: Nanya Pulido 

Protegido bajo derechos de autor

No hay comentarios:

Publicar un comentario

"La vida es un pañuelo, te encuentras los mismos diseños en diferentes modelos" Nanya Pulido, escritora y docente

  El encuentro Sentada contempla su gen, ojos de agua, rizos de historias, risas de dolor. Él la mira curioso, como un astronauta mira una e...